InfoMiTijuana.MX | Martes 9 de julio de 2025

Las presas de Tijuana —esos espejos de agua que en temporada de calor se convierten en escape improvisado para muchos— también han sido escenario de tragedias evitables. En lo que va del 2025, dos personas han perdido la vida en estos cuerpos de agua, según confirmó Protección Civil de Baja California.

A pesar de las advertencias reiteradas por parte de las autoridades, la escena se repite: grupos familiares y jóvenes que se meten a nadar sin conocimiento de la profundidad, sin medidas de seguridad, sin saber que las presas no son balnearios y que muchas de ellas tienen zonas con succión o fondo lodoso que puede hundir a una persona en segundos.

El caso más reciente se reportó en la presa El Carrizo, donde un joven de aproximadamente 20 años fue arrastrado por una corriente interna. Su cuerpo fue localizado al día siguiente por elementos de rescate. Días antes, una mujer mayor había fallecido tras intentar nadar con su nieto en la presa Abelardo L. Rodríguez, en condiciones similares.

Desde Protección Civil recalcaron que está estrictamente prohibido ingresar a nadar en las presas, no solo por el riesgo personal, sino porque al activarse un protocolo de búsqueda, se comprometen recursos humanos, tiempo y equipos que podrían ser requeridos en otras emergencias. Los carteles de advertencia están colocados, pero siguen sin ser suficientes frente al calor, el descuido o la falsa idea de que «no pasa nada».

Más que culpar, la intención es hacer un llamado serio a la prevención. Las presas no son zonas recreativas, no están acondicionadas para la natación, y no contar con chaleco salvavidas, vigilancia o conocimiento del terreno puede marcar la diferencia entre pasar una tarde en familia o no regresar a casa.

El problema no es nuevo, pero tampoco ha disminuido. ¿Qué tanto debemos normalizar el riesgo antes de entender que un rato de “aventura” puede acabar en luto?