La tradicional lechería Jersey enfrenta una severa crisis financiera que ya acumula un rezago en pagos de 15 a 40 semanas a más de once productores y proveedores de Baja California, advirtieron los afectados. Esta situación, que se intensificó durante los últimos dos años, amenaza no sólo la viabilidad de los pequeños y medianos negocios lecheros, sino también cientos de empleos vinculados a la producción láctea en la región.
Desde junio de 2014, tras el fallecimiento del fundador Ernesto Jiménez Orozco (3 de junio de 2014), la empresa ha registrado retrasos y pagos parciales que, de acuerdo con los productores, “han estrangulado nuestras finanzas” y han obligado a muchos a buscar otros clientes o a suspender servicios.
“Los últimos dos años han sido críticos, se ha triplicado la deuda. No hay un plan ni proyecto para salir de este gran problema; de seguir así, estamos condenados a perder los negocios y muchísimos empleos”, señaló uno de los ganaderos afectados.

Impacto en la cadena de suministro
- Proveedores independientes: han dejado de prestar servicios por falta de pago oportuno.
- Productores libres: han desvinculado su producción y vendido leche a competidores como Lala y Star Milk.
- Industriales de cuencas: sometidos a exclusividad sin contratos formales ni garantías de pago, lo que ha deteriorado su liquidez y capacidad operativa.
“El periodo de abril a junio ofrece las mejores condiciones climáticas y forrajes más abundantes y económicos. Sin la liquidez para comprar y almacenar alimento, corremos el riesgo de no poder alimentar al ganado”, lamentó otro productor, subrayando que acceder a crédito bajo estas circunstancias “nos destruiría, pues tampoco tenemos la certeza de un pago semanal”.

Gestión gubernamental y posibles soluciones
En diciembre de 2024, el secretario de Agricultura estatal, Juan Meléndrez, convocó a los herederos de Jersey a una reunión para trazar una ruta de solución. La directiva de la lechería solicitó el aval del gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda para un crédito bancario cuya definición se espera para mayo de 2025. Sin embargo, los productores advierten que dicho préstamo no contempla la obligación de saldar la deuda histórica.
Meléndrez aclaró que la Secretaría vigila de cerca la situación para impedir la venta de las cuencas lecheras, las cuales están concesionadas a productores locales.
“Si los herederos pretendieran cambiar el giro de los terrenos a inmobiliario, tendríamos que dialogar con ellos y explorar opciones, porque no se debe vender lo que son las cuencas lecheras del Estado”, puntualizó el funcionario.

Riesgos y expectativas
Los herederos de Jersey enfrentan la urgencia de sanear sus finanzas y garantizar pagos puntuales para evitar la fuga de proveedores y mantener la estabilidad del sector. De no concretarse un plan de pago claro y vinculante, especialistas advierten que podrían perdurar despidos masivos y el cierre de plantas de procesamiento menores.
Despotismo laboral de Ernesto Ponce
A raíz de la designación de Ernesto Ponce como director —elegido por un grupo de inversionistas cuya identidad aún no ha sido revelada— han comenzado a aflorar múltiples irregularidades que agravan la crisis financiera de Leche Jersey. Ponce, contador de profesión con fama de “maquillar” cifras para desviar recursos, ha impuesto condiciones de pago extremas: exige un crédito de un año a todos los proveedores cuando lo habitual oscila entre 15 y 30 días, lo que ha dejado a los ganaderos al borde de la insolvencia.
En el ámbito laboral, el ambiente es igualmente tenso. La tolerancia por retrasos se ha reducido a apenas tres minutos; cualquier demora acarrea la pérdida de una jornada completa y el bono de puntualidad. Además, Ponce se resiste a reconocer el pago de días feriados, las utilidades de mayo y pretende que los empleados firmemos contratos que renuncian a nuestro derecho a la antigüedad.
Según diversas fuentes, los verdaderos artífices de la presión para destituirlo serían los propietarios de los ranchos que suministran la leche a Jersey: acorralados por deudas millonarias impagadas, han señalado directamente a Ponce como responsable de la asfixia financiera. Esta creciente tensión interna podría acelerar su salida y, con ello, ofrecer un respiro a una empresa al borde de la quiebra.















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