Dank Demoss, rapera y modelo, exige millones en indemnización tras viralizar su «humillación». ¿Activismo social o estrategia mediática?

VIRAL.- En un caso que ha incendiado las redes sociales y reabierto el debate sobre la discriminación por peso, Dank Demoss, influencer, rapera y modelo de talla grande, ha interpuesto una demanda millonaria contra la plataforma de transporte Lyft. La razón: un conductor se negó a transportarla alegando que «no cabía en su auto» y que su peso podría «dañar los neumáticos». ¿Un acto de intolerancia o un malentendido técnico? 

La polémica estalló cuando Demoss, conocida por su activismo en body positivity, compartió un video llorando en TikTok, donde relató cómo el conductor la dejó varada en plena calle con un comentario que calificó de «cruel y degradante». «Me sentí como basura. ¿Acaso mi cuerpo es un delito?», declaró entre lágrimas, asegurando que jamás había tenido problemas con otros vehículos de la misma empresa. 

¿La gota que derramó el vaso? Según la demanda, presentada en un tribunal de California, la influencer exige una indemnización de $2.5 millones de dólares por daños emocionales, discriminación y perjuicio a su imagen pública. «Nadie debería ser juzgado por su físico al pedir un servicio básico», argumentan sus abogados, quienes insisten en que Lyft debe establecer protocolos contra la «gordofobia». 

Lyft responde (pero no convence): La empresa emitió un comunicado genérico disculpándose por la «experiencia negativa» y reiterando su «compromiso con la inclusión». Sin embargo, evitó referirse directamente al monto de la demanda o a posibles cambios en sus políticas. ¿Simple gestión de crisis o evidencia de culpabilidad? 

Las redes se dividen: Mientras miles de usuarios apoyan a Demoss con hashtags como #LyftDiscrimina, otros acusan a la influencer de buscar fama y lucro. ¿Ahora los conductores deben llevar balanzas? Si el auto no es adecuado, es un tema de seguridad, no de odio», escribió un usuario en X. Por su parte, activistas insisten: «El problema no es el peso, sino la deshumanización». 

¿Dónde está el límite? El caso plantea preguntas incómodas: ¿Deben las empresas regular el físico de sus usuarios? ¿O los conductores tienen derecho a rechazar un servicio si sienten que su vehículo podría dañarse? Mientras el juicio sigue su curso, una cosa es clara: la batalla entre activismo corporal y libertad de negocio acaba de escalar. 

¿Tú de qué lado estás? Comenta y comparte. 

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Nota del editor: Este artículo busca fomentar el debate respetuoso. Infomitijuana.mx no se responsabiliza por comentarios ofensivos. 
 

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